3 precauciones para los autos previo a la temporada de calor

Estamos a punto de entrar a la primavera, y con ella comienzan los días calurosos, que serán cada vez más intensos hasta llegar a los días de más altas temperaturas en mayo y junio, antes de que, en algunos lugares, comience la temporada de lluvias que pueden refrescar el ambiente y reducir el termómetro varios grados.

Si bien los seres vivos debemos mantenernos debidamente hidratados y no exponernos de súbito a las altas temperaturas – que pueden provocar el conocido como “golpe de calor” – los vehículos también pueden ver afectado su funcionamiento por el calor intenso. Desde luego, la pintura y los plásticos se deterioran al estar expuestos a los fuertes rayos del sol, pero el funcionamiento del motor y sus sistemas también sufren impactos.

Hay que recordar que un motor de combustión genera una gran cantidad de calor precisamente al momento en que el combustible es quemado para generar la energía para propulsar el vehículo; de hecho, la mayor parte de la energía que se genera se gasta precisamente porque el calor debe disiparse, de lo contrario podría acabar fundiendo metales y otras partes, y el motor dejaría de funcionar.

¿Qué aspectos debemos cuidar, entonces? Paul Quist, director de ventas de Sea Foam, ofrece una breve guía de tres pasos a revisar para cuidar el motor de nuestro automóvil en zonas de mucho calor.

Lo primero a revisar no es el aire acondicionado – que, por supuesto, es importante en los estados del norte del país, en donde las temperaturas pueden superar los 47°C en los días más calurosos – sino el sistema de enfriamiento del motor: hay que revisarlo cuando esté frío y verificar que el radiador tenga al menos al nivel mínimo el refrigerante que no debe ser solamente agua, sino una mezcla con un anticongelante comercial. ¿Y por qué anticongelante en altas temperaturas? Bueno, la fórmula de este líquido no está diseñada solamente para el frío; el anticongelante hace que la temperatura de ebullición sea más alta que el agua pura y ayuda a prevenir la oxidación en las partes internas del motor y sistema de enfriamiento.

A continuación, verifiquen que el ventilador del radiador funcione adecuadamente, ya que puede ser crucial para reducir la temperatura del radiador durante embotellamientos o tránsito pesado. También comprueben que las entradas de aire hacia el radiador, por la parrilla y las tomas inferiores, no tengan obstáculos que impidan el paso del aire, y que el mismo radiador no esté maltratado y permita un libre flujo del aire hacia los conductos de enfriamiento del líquido refrigerante. Con esto nos aseguramos de que el motor trabaje a la menor temperatura posible.

Finalmente, hay que cuidar la lubricación del motor y transmisión, ya que con una lubricación adecuada se reduce la fricción interna, que también produce temperatura, y se reduce el desgaste de los sistemas a pesar de trabajar a temperaturas mayores a los meses de invierno. Lo primero es revisar que el nivel del aceite, tanto de motor como de transmisión, estén a su nivel adecuado y, en el caso del motor, que no esté demasiado sucio o quemado – si se ve muy negro es mejor cambiarlo cuanto antes para asegurarnos de tener un aceite en óptimas condiciones.

Aquí es en donde deben considerarse los tratamientos para el cuidado del motor. Por ejemplo, el Tratamiento Multiusos de Sea Foam ayuda a mantener el motor libre de residuos dañinos y depósitos que puedan reducir el flujo del aceite y lubricación del motor. Si el vehículo tiene más de 120,000 km, se puede utilizar el Tratamiento Multiusos para Alto Kilometraje, que está formulado especialmente para motores con mayor desgaste. Ambos productos funcionan para aceites minerales o sintéticos y no causan ningún tipo de daño al aceite o al motor.

En cuanto a la transmisión automática, que también requiere aceite para su lubricación y funcionamiento en general, se recomienda el tratamiento Trans Tune de Sea Foam para limpiar y lubricar el cuerpo de válvulas, actuadores de cambios y solenoides; disolver la formación de barniz en el fluido, y controlar la humedad.

El uso de estos tratamientos para aceite de motor y transmisión automática ayuda a mantener una buena lubricación del motor y transmisión, reduciendo el desgaste y ayudando a que la temperatura de funcionamiento no exceda los límites, conservando así el motor en mejores condiciones.